Agradecido de los logros alcanzados y de la formación recibida en la Universidad del Mar Sede La Serena se declara Nicolás Salinas Sepúlveda, Periodista y Licenciado en Comunicación Social, recientemente nombrado Director Social de Un Techo para mi País (La versión internacional de Un Techo para Chile) en Salvador.
Lejos están los cuestionamientos que se hizo respecto a la decisión de estudiar periodismo. “En los primeros años era más bien tímido, me cuestionaba cómo iba a llegar al otro si me costaba expresarme, pero durante la carrera me fui dando cuenta que se va aprendiendo en la práctica”. En ese sentido, reconoce las fortalezas de la formación recibida, especialmente en un enfoque que privilegia el fortalecimiento de las habilidades sociales y comunicativas, la resolución de problemas y el trabajo en equipo.
“Tampoco se puede olvidar lo teórico, que también es importante, el estar informado, discutiendo diversos temas que a uno le interesan, desde la vitrina o trinchera en que uno está. Uno se debe informar del tema social en todos los ámbitos. Por ejemplo, entender lo que pasa con quienes viven en la calle, o el tema de la educación, como un cambio social relevante”.
Al referirse a sus competencias profesionales, además de resaltar las amplias posibilidades que brinda la formación periodística, indica que “lo que veo más potente en mí es la gestión de relaciones públicas, la comunicación escrita, el contacto con autoridades, el establecimiento de redes de contacto que uno ha venido formando desde que era estudiante”, enfatiza Nicolás.
¿Cómo llegaste a Un Techo para Chile?
-Ingresé el año 2010 haciendo mi práctica profesional en el área de comunicaciones. De ahí me dieron la oportunidad de integrarme formalmente como Coordinador de Herramientas Sociales para la Región de Coquimbo. Después empecé a postular a distintos cargos tanto en la región como a nivel nacional y se me planteó la posibilidad de este nuevo desafío y asumir un rol protagónico para la organización en Centro América. Primero postulé a Panamá y estuve seleccionado en la terna final, pero lamentablemente no quedé. Un mes después me llamó el director de Centroamérica y me dice que postule al cargo de Director Social de El Salvador. Pedí antecedentes y según el proceso formal, gané la postulación. La invitación que se me hizo es porque creo que han reconocido mi trabajo.
¿Cómo evalúas este desafío profesional a tus 26 años?
-Tomé esta opción de viajar fuera de Chile porque lo veo desde el lado profesional como una oportunidad que quizás no se vuelva a dar en muchos años. Como experiencia de vida, sobre todo en el contexto social en que estoy trabajando, es súper importante tener otra mirada y no sólo la mirada del país.
Nicolás explica que sus nuevas funciones no se relacionan estrictamente con el Periodismo, pero que la base de las competencias logradas durante su formación le han servido para posicionarse donde está y para mirar con optimismo sus futuras responsabilidades.
¿Por qué te entusiasma El Salvador?
-Es el primer país donde partió el trabajo internacional de UTPCH y lleva alrededor de 10 años como Fundación. Allá existe un equipo de 11 profesionales, están expectantes y se preguntan ¿Por qué viene un chileno? Normalmente el Director social es un local. Yo también lo pregunté y me dijeron que El Salvador se ha estancado en y buscan a alguien para lograr mayores avances. Una mirada distinta pero que entienda las dificultades de los procesos del trabajo con las familias de campamentos y lo que implica ser una ONG, sin vínculos directos con el gobierno de turno ni con el mundo empresarial.
¿Cuánto tiempo te proyectas en Centroamérica?
-Por lo general, la gente en las ONG es transitoria, porque son trabajos muy motivadores pero que también desgastan. Nos involucramos con lo más crudo que tiene la pobreza… Hay personas que trabajan un año o año y medio y piensan que contribuyeron y pasan, es decir, salen de las instituciones por sus distintos horizontes, personales o profesionales. A mí me preguntaron cuántos años pretendía quedarme en El Salvador, dije dos, porque en un año no voy a lograr lo que se espera: consolidar el equipo que hay allá.
¿Cuáles son tus metas?
-A partir del martes 11 de octubre me inicio en el proceso de inducción y el 15 estaré tomando el vuelo a El Salvador para iniciar el trabajo de conocer a las familias potencialmente beneficiarias, las políticas públicas que existen como marco, así como sus potencialidades y debilidades. Y también conocer al grupo de 11 profesionales que laboran en Un Techo para mi País.
Nuestra labor esta orientada a trabajar en conjunto con los gobiernos, para que hagan cargo de la pobreza que se está dando en Latinoamérica. En El Salvador el 47% de la población vive en esa situación, siendo un país pequeño, de 5,7 millones de habitantes.
Mis metas son posicionar internamente lo que se está haciendo, tanto con el gobierno como con las empresas, universidades, etc. También generar cambios, cimentar redes y fortalecer el trabajo con las familias salvadoreñas. Y en lo personal, obtener una experiencia de vida. Este es un reto que buscaba hace mucho tiempo. Por distintas causas no pude salir antes y ahora creo que sí es el momento y por eso estoy expectante, aunque tengo sentimientos encontrados. Pero cuando esté bajoneado o sienta nostalgia allá, sé que me la puedo y voy a salir adelante.