Esta medianoche los relojes, computadores y notebooks deberán retrasarse en 60 minutos para dar comienzo al horario de invierno, el cual se extenderá por tres meses.
Tal como ya ocurrió en 2016, a partir de la medianoche del sábado, los relojes tendrán que ajustarse al nuevo horario, lo que permitirá disponer de luz natural más temprano, y en contraposición, una menor luminosidad durante la tarde.
El Seremi de Energía, Marcelo Salazar, comentó que contar con 9 meses de horario de verano y tres meses con horario de invierno da cuenta de lo que Chile necesita: “Nuestro Gobierno busca mejorar la calidad de vida, y a través de esta modalidad hemos dimensionado que al aplicarlo el año pasado funcionó bastante bien”.
La autoridad mencionó que después de un estudio de una Comisión Interministerial en 2015, y de encuestas ciudadanas, por parte del Ministerio de Energía, se determinó que lo más idóneo era adoptar este sistema horario, con excepción de la Región de Magallanes, que tendrá el horario de verano todo el año.
“Esta decisión respondió a una experiencia concreta, a un análisis amplio y exhaustivo, que incluyó la opinión de los ciudadanos, y que se expresó a través de encuestas, lo cual es un ejemplo de un proceso democrático que la ciudadanía demanda”, agregó.
El Seremi agregó que tener un horario de invierno reducido evitará el ausentismo escolar, que un mismo estudio de Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) evidenció, “el que si bien no era alto, provocaba dificultades a las familias del país”.
El horario de invierno se mantendrá por tres meses, hasta la medianoche del sábado 12 de agosto, oportunidad en que los relojes se adelantarán una hora, con lo cual se volverá al horario de verano.