Al igual que varias asociaciones de pescadores del centro y sur del país, el empresario local se une a la solicitud de tripulantes pesqueros de Coquimbo de invalidar el Parque Marino Nazca-Desventuradas, cuyos efectos estarían conduciendo a la ruina la tradicional pesca del pez espada, especie conocida popularmente como albacora.
La Pesquera Omega, empresa coquimbana líder en el país en procesamiento y exportación de pez espada en fresco, es otra de las afectadas por esta política.
Mientras los dirigentes de la Asociación Pesquera de Palangreros de Chile A.G. (Pespal) preparan sus argumentos para la audiencia del próximo 16 de marzo, cuando –en un intento por salvar sus puestos de trabajo– expondrán ante el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), en Santiago, su petición de derogar el Parque Marino Nazca-Desventuradas, otros actores del sector se levantan en apoyo a esta solicitud, acusando los gruesos errores que habría cometido el gobierno en su publicitada política de creación de áreas marinas protegidas.
Tras ser una de las primeras voces que se levantaron para reclamar por este tema, el gerente general de Pesquera Omega de Coquimbo, Sebastián Vera, felicitó la iniciativa de los tripulantes de naves palangreras agrupados en Pespal, quienes en enero pasado presentaron un recurso de invalidación del Decreto Supremo Nº5 de 2016, del Ministerio del Medio Ambiente, mediante el cual fue creado el Parque Marino Nazca-Desventuradas.
“Poner este recurso a mí no se me había ocurrido, y que haya sido acogido por parte de las autoridades, me parece mejor aún. Yo haría un llamado a la comunidad de nuestro rubro, que ya tiene más de 40 años en el país, a que nos unamos más que nunca, porque lo que se pretende hacer –de parte del gobierno– sin duda va a causar un daño muy grande a la actividad”, señaló Vera.
Dicha área marina protegida abarca 300 mil kilómetros cuadrados de superficie, alrededor de las remotas islas San Félix y San Ambrosio. Dentro de ese perímetro se ubicaba parte importante de los caladeros de pesca utilizados desde hace más de tres décadas por las embarcaciones chilenas, tanto artesanales como industriales, dedicadas a la captura del pez espada. La implementación del parque marino implicó prohibir toda faena de pesca en su interior, privando a los pescadores albacoreros de sus lugares de trabajo históricos. Se calcula que, en el caso de las únicas tres embarcaciones de Coquimbo que pescan pez espada, por el solo efecto de esta medida las capturas anuales han disminuido del orden del 40%.
Aun peor, la reciente aprobación de otro parque marino, alrededor del archipiélago de Juan Fernández, se calcula que restará otro 20% de las capturas anuales a los barcos coquimbanos. Ello implica que la actividad se hará económicamente inviable, obligando a abandonar las embarcaciones, cerrar las plantas de proceso y despedir a todo el personal de flota, muelle y procesamiento.
“De hecho, la temporada pasada terminó antes, porque el pescado en la época de septiembre y octubre ya está en San Félix y San Ambrosio, que es donde se formó un parque. Nosotros exigimos que nos devuelvan lo que nos quitaron”, apunta Vera, agregando enseguida que, en su afán, el gobierno ha pasado por alto los informes del organismo especializado en la materia, el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), que indican que la población de albacora (Xiphias Gladius) se encuentra sana y plenamente explotable.
“Incluso nos habían prometido que no se iba a crear parques marinos en las áreas en donde había antecedentes, aportados por el IFOP, de que pescaban tanto la flota artesanal como la industrial. Sin embargo, lo que acordamos se lo pasaron por la manga y no lo cumplieron, con el consiguiente deterioro de la actividad. Ojalá podamos llegar a feliz término, revocando este parque marino o cambiando sus coordenadas”, declaró.
FOTO: Sebastián Vera es el gerente general de Pesquera Omega, empresa de Coquimbo que es la más importante de Chile en procesamiento y exportación de pez espada en fresco.
