La tecnología ha dejado de ser un accesorio para el habitante de la ciudad contemporánea y rápidamente ha pasado a determinar y dar forma a la mayoría de las actividades que realizamos en nuestro día a día. Trabajamos, nos movemos, descansamos, comemos, hablamos y nos relacionamos entre nosotros. Es imposible pensar en ninguna de estas actividades sin la tecnología que hoy no sólo es una herramienta sino que se plantea como un nuevo origen proponiéndonos nuevas formas de vivir nuestras actividades cotidianas
En la industria bancaria, por ejemplo, un 70% de los cuentacorrentistas en Chile realiza sus trámites bancarios a través del sitio web de la institución, mientras que un 35% accede al banco a través de su teléfono móvil y/o tablet, según datos de un estudio de GFK Adimark.
Las tecnologías están redefiniendo la forma en que las personas interactuamos, a la vez que empiezan a cambiar la configuración de la ciudad. Tomando el ejemplo anterior, en los últimos 4 años casi 100 sucursales bancarias en el país han bajado sus cortinas principalmente como resultado de la irrupción de las tecnologías, esto según la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF).
Y esta tendencia se presenta también en otras áreas como el retail, algunos de los más grandes referentes a nivel mundial han decidido cerrar miles de tiendas por el importante avance de las compras online. El cierre de estos espacios plantea un cambio en la ciudad que se presenta como una oportunidad única para pensar de nuevo el espacio urbano y con ello nuestra forma de habitar.
La liberación de paños urbanos por la creciente penetración de las tecnologías y su consecuencia en el cambio de hábitos de millones de personas representa un desafío para Arquitectos y Planificadores, desafío que debemos abordar con una visión urbanística inteligente y asertiva volviendo a pensar nuestra forma de vivir y agregando valor a nuevos proyectos inmobiliarios para que den lugar de manera fecunda a estas nuevas dinámicas del habitar contemporáneo.
Aplicaciones móviles para la comunidad del edificio que informan sobre las actividades que ofrece el barrio, conductas sustentables como el reciclaje y espacios para poder hacerlo, estacionamientos con solución eléctrica a cambio de la bencina, son sólo algunos ejemplos de todo lo que ya es posible.
Es interesante ver como los proyectos inmobiliarios se han hecho cargo de esta revolución tecnológica y están proponiendo espacios que resuelven actividades cotidianas que hoy han sido determinadas por el uso de la tecnología. Lugares para el almacenaje de todo lo que llega por compras web (Amazon), también con refrigeradores por compras en supermercados en línea como Cornershop; disminución de estacionamientos por el creciente uso de Uber, Cabify y bicicletas municipales, cambios en la forma de escuchar música que impactan en los proyectos eléctricos, puertos usb para poder conectar los aparatos móviles en las cocinas, closets y baños.
Teniendo en cuenta que Chile es uno de los países de Latinoamérica con más dispositivos móviles por habitante, debemos ser capaces de interpretar las conductas que se generan por el uso de la tecnología y como el espacio arquitectónico debe dar lugar a esas conductas.El desafío para nosotros es integrar estas tecnologías y pensar nuestros proyectos como lugares contemporáneos y acogedores, adaptándonos a los nuevos estilos de vida y a la vez creando nuevas formas de habitar una ciudad moderna y conectada.
Por Juan Cristóbal Covarrubias, Subgerente de Desarrollo y Coordinación de Proyectos Inmobiliaria Patagonland