Reforzamiento de llamado al autocuidado y a promover un ambiente seguro fue clave para reducir el número de eventos que afectan a colaboradores del sector.
La meta de seguridad laboral asignada para el año 2018 a la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) La Serena fue bastante ambiciosa, toda vez que marcó la pauta para redoblar los esfuerzos para disponer de un entorno seguro, impulsar acciones que evitasen accidentes e inculcar la importancia de cuidarse. Si a ello le sumamos que el ejercicio anterior no se pudo cumplir con el indicador, la tarea era bastante ardua.
Eso sí, el liderazgo del presidente regional, Sergio Quilodrán, y el compromiso de los participantes de la Comisión de Prevención de Riesgos del gremio dieron frutos, ya que en el Informe Anual de Accidentabilidad que lleva a cabo Mutual de Seguridad, dejó números azules para la Cámara Regional de La Serena, pues se logró una tasa de 2.23 y la meta estimada era de 2.31.
El presidente de CChC La Serena, Sergio Quilodrán, valoró este esfuerzo. “Así como hoy en día no podemos construir de espaldas a la gente, tampoco lo podemos hacer sin considerar a nuestros trabajadores, de allí la importancia de este resultado que respalda las acciones realizadas durante 2018 y nos insta a seguir mejorando para este año con la consigna de mejorar la calidad de vida de quienes se relacionan con la industria”, expresó el directivo.
Al momento de hacer el balance anual, surge como soporte esencial de este logro las campañas mandatadas por el gremio a través de su entidad -Mutual de Seguridad- y que tienen que ver con la prevención. Aquí encontramos iniciativas como Cero Accidentes Fatales, Reporte de Incidentes, Siete Reglas de Oro, entre otras. “Nos hemos desplegado en la mayoría de las obras de nuestras empresas socias, encuentros de alta gerencia e instancias de esparcimiento para concientizar de la importancia de cuidarse. Ningún esfuerzo es válido si falta un eslabón de la cadena productiva”, estimó el presidente de la Comisión de Prevención de Riegos del gremio, Mauricio Araya.
Precisamente ese mensaje permitió que el cierre de 2018, especialmente los meses de noviembre y diciembre hubiera una baja tasa de accidentabilidad, yendo contra la norma, pues las estadísticas decían que ese periodo era el más crítico. En los últimos dos meses del año pasado el indicador fue de 1.60 y 1.63, los más bajos del año. “Sólo hubo cinco meses en el año donde superamos la meta de 2.31, lo que habla de la constancia y del interés que ha tomado el autocuidado en cada uno de los colaboradores de la construcción”, precisó Mauricio Araya.
En esa línea, las aspiraciones para este 2019 no dejan de ser altas, ya que se dispuso de una meta para el presente ejercicio de 2.22. “Vamos a comprometer la permanente atención de los dueños de empresas socias y de su alta gerencia para que estimulen acciones que nos permitan seguir operando bajo énfasis de sostenibilidad en el ámbito de la seguridad laboral”, acotó Sergio Quilodrán.
CARACTERÍSTICAS DE SINIESTROS
Durante enero y diciembre de 2018 se produjeron 92 incidentes que implicaron 1.543 días perdidos y donde las manos fueron las partes del cuerpo más siniestradas. Esto, ya que en esos doce meses se vieron afectadas en 36 oportunidades, mientras que cabeza y cuello en 14, seguida de tronco y brazos con 10 incidentes cada uno.
En cuanto al rango de edad donde más se reportan eventos es entre 45 y 54 años con 20, mientras que quienes tienen entre 34 y 44 años lo hicieron en 19 ocasiones. Los rangos más adultos – entre 55 y 61 y de 65 y más- fueron los más seguros con 3 y 4 accidentes identificados. En relación al género, son los hombres quienes más sufren este tipo de incidentes, ya que, del total reportado, el 96% se atribuye a ellos, en tanto que las mujeres corresponden sólo al 4%.
Los días más sensibles en materia de seguridad laboral son los lunes, martes y jueves con 19 accidentes cada uno, le siguen los miércoles con 15 y los viernes con 14. Sábado y domingo son marginales con 5 y 1 eventos, respectivamente.