Las primeras tres o cuatro horas de producido un ataque cerebrovascular son claves para disminuir las secuelas o un desenlace fatal. Sin embargo, durante las últimas semanas los usuarios con accidentes leves no estarían acudiendo a las urgencias por miedo a contagiarse con coronavirus.
De acuerdo a cifras entregadas por el Ministerio de Salud, durante el mes de abril del año pasado, las consultas a nivel país bordeaban las 800, mientras que ahora sólo han acudido 300 pacientes. Panorama que se repite en la región, ya que en los últimos dos meses se ha reducido a la mitad el número de consultas por esta causa. Si habitualmente, entre los meses de marzo y abril, se atendían más de 30 pacientes mediante teleasistencia hoy el número de consultas no alcanza a superar los 20.
“Creemos que las personas con infartos leves se están quedando en la casa, no están consultando, porque creen que en el hospital sólo se están atendiendo patologías respiratorias o porque tiene miedo de a contagiarse con el coronavirus. Decisión que es muy perjudicial, porque esta enfermedad puede ser muy grave o mortal sino se atiende a tiempo”, señaló la neuróloga del Hospital San Pablo, Javiera Gajardo.
La profesional comenta que esta disminución le preocupa al equipo de neurólogos, ya que no sería consecuencia de un mejor control de las patologías crónicas, que son la causa de los infartos cerebros vasculares como la hipertensión, diabetes y el colesterol, sino que por la contingencia.
Por ello, la especialista recuerda que el tiempo es clave en la atención de los pacientes con ACV, porque por cada minuto que se tapa una arteria se tapan millones de neuronas. “Si la persona consulta temprano podemos aplicar un fármaco que ayudará a destapar esta arteria, restableciendo el flujo cerebral y con ello evitar la pérdida de la función y de secuelas”.
A raíz de ello, el Ministerio de Salud creo la campaña #ElACVNosequedaenCasa, como una forma de instar a la población a consultar y generar conciencia sobre la importancia de atenderse a tiempo y de llevar una vida saludable.
El jefe del servicio de neurología, Carlos Soto, aconseja que, ante síntomas como dificultad para hablar, movilizar alguna extremidad o asimetría en el rostro es importante acudir inmediatamente a un servicio de urgencia para ser evaluado por un especialista, quien realizará el diagnóstico y comenzará con el tratamiento.
“A pesar de estar bajo esta contingencia, el turno de 24 horas se mantiene y los médicos que atendemos a los pacientes hemos tomado todos los resguardos necesarios. Si logramos realizarle una atención antes de las tres primeras horas es candidato a un procedimiento que se llama trombólisis, que puede disminuir las secuelas del paciente”, indicó.
Es importante que el usuario pueda consultar ante la aparición de los primeros síntomas, ya que el ACV es una patología tiempo-dependiente, es decir, que si se atiende en el menor tiempo posible mayores posibilidades tiene de sobrevivir o de quedar sin secuelas.
Desde el año 2018, la distancia ya no es un impedimento, ya que los tunos 24/7 de neurología adulto, en el hospital de Coquimbo ha permitido fortalecer las atenciones médicas mediante el teleACV, que se realiza con Illapel y Ovalle. “Así le damos continuidad a los tratamientos de los pacientes de otras provincias. Además, que nos permite coordinar la prestación de ACV en aquellos hospitales donde se cuenta con la prestación de TAC de cerebro como son Illapel y Ovalle”, señaló Fernando Molt, neurólogo y encargado de la estrategia teleACV.
Las probabilidades de sufrir un ataque cerebral se reducen incorporando hábitos saludables, como el abandono del cigarrillo, mantener una dieta equilibrada, tener control del colesterol, reducir la presión arterial y realizar actividad física regular.