El Mineduc informó que en agosto el 10% de los escolares no tuvo contacto con sus centros educacionales. Asimismo, un estudio realizado por dicho ministerio y el Banco Mundial arrojó que los estudiantes del país pueden perder hasta un 88% de los aprendizajes de un año si es que continúan los colegios cerrados. Y mientras hay algunos que están abriendo, con asistencia opcional, niños, niñas y adolescentes se enfrentan a la inevitable profundización de la brecha educacional entre establecimientos.
Lo anterior ha llevado a expertos del mundo de la educación, de la salud, de la equidad y de la igualdad de género a ver en la tecnología una posibilidad para hacer frente a esta situación. En concreto, en el uso de plataformas de educación virtual para apoyar el proceso formativo de los escolares, ya sea desde sus casas o en sus colegios. Así, la educación tecnológica está demostrando que el aprendizaje en línea puede ser altamente eficiente en la situación actual, atenuando así la brecha mencionada, por lo que los docentes se están abriendo a descubrir la forma en que estas herramientas se convierten en aliados que facilitan su trabajo y que les permiten dedicar tiempo a lo que mejor hacen: transmitir conocimiento, captar las dudas y estados de ánimo de sus alumnos.
Emanuela Di Gropello, Gerente de Educación para América Latina del Banco Mundial indicó que “esta crisis puede también ser una oportunidad para fortalecer los sistemas educativos, mediante la construcción de un sistema más resiliente y flexible a las necesidades de los alumnos. Esto lo pueden hacer integrando las innovaciones tecnológicas desarrolladas durante la crisis para responder mejor a las necesidades de los grupos más vulnerables y de estudiantes con distintos niveles de aprendizaje”. Para Javier Arroyo, creador de www.smartick.com, método de aprendizaje de matemáticas online para niños de 4 a 14 años, la educación escolar ha sido uno de los hitos en el desarrollo de la civilización moderna.
“Si lleva estructurada de la misma manera desde hace siglos es porque funciona. Ahora el colegio y el aprendizaje pueden mejorar. Actualizar los métodos sería una evolución, no una revolución”, asegura. “Las metodologías online pueden ayudar al profesor a lograr una atención a la diversidad cuasi perfecta y mejorar así gestión de la sala, liberando tiempo para dedicarse a tareas de mayor valor añadido. Los niños que puedan volar más alto que la media de la clase, lo harán y, los que necesiten refuerzo, no se quedarán atrás. Esta es una de las grandes incógnitas del escenario post Covid-19, es si habremos aprendido a aprovechar lo que nos vimos obligados a usar”, explicó el profesional.