La pandemia del COVID 19 ha alterado el normal funcionamiento de la vida cotidiana en todos los ámbitos, y principalmente en lo que se refiere a la participación en actividades físicas, debido a las medidas como el distanciamiento social, las cuarentenas obligatorias, los aforos reducidos (o el cierre de gimnasios y centros deportivos), las que han impedido o ha hecho más difícil realizar ejercicios como correr al aire libre, andar en bicicleta, inclusive caminar.
Para reducir los factores de riesgo para la salud mental relacionados con la conducta sedentaria en época de coronavirus, se especula que la práctica habitual de ejercicio podría reducir el impacto físico y psicológico que causa la situación actual, que es una amenaza para el bienestar subjetivo y la calidad de vida.
En este plano, la modificación del estilo de vida es un aspecto clave. Según las nuevas directrices de la OMS se recomienda que todos los niños, niñas y adolescentes incorporen un mínimo de 60 minutos al día de actividad física de intensidad moderada a vigorosa, y que realicen al menos 3 veces por semana, ejercicios aeróbicos de intensidad vigorosa. Para los adultos entre 18 y 64 años, se recomiendan entre 150 y 300 minutos a la semana. Las personas mayores (de 65 años en adelante), pueden seguir las mismas indicaciones.
Siguiendo las tendencias mundiales, una estrategia posible de abordar es el ejercicio físico en casa, a través del entrenamiento online dirigido y supervisado por profesionales como profesores de educación física y/o personal trainer. Otra sugerencia es incluir la tecnología como relojes inteligentes, contadores de pasos, monitores de frecuencia cardiaca, o teléfonos celulares en los que es posible instalar aplicaciones móviles de fitness.
En este sentido, es necesario resaltar que no solo durante el periodo de encierro es importante mantenerse activo físicamente, sino que también se debe continuar al retorno a una nueva normalidad (de forma gradual y lentamente), una vez que se depongan las restricciones de movilidad y libre circulación. No hay que olvidar que ¡cada movimiento cuenta
Por: Cristian Pérez Tapia, académico UCEN Región de Coquimbo