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Domingo, Enero 19, 2025
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El 60% de los chilenos cree que una piscina inflable es lo más seguro para niños que no saben nadar

La asfixia por inmersión es la primera causa de muerte en menores de 1 a 4 años en nuestro país. Pese a ello, y de acuerdo con el estudio realizado por Bestway a padres y tutores, un 60% cree que una piscina pequeña e inflable es lo más seguro para niños que no saben nadar.

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“Esta interpretación está completamente errada y es muy peligroso que sea así. Está demostrado que bastan sólo pocos centímetros de agua para que un menor sufra un accidente que puede ser fatal y en una piscina inflable básica también puede suceder, por lo que la respuesta es no, no son seguras per se, siempre debe haber un adulto supervisando”, enfatiza Cristóbal Achurra, gerente general de Bestway Latam.

Otro resultado que llamó la atención de los expertos y que demuestra que los padres desconocen la realidad de las capacidades físicas de los niños, es que más del 76% de los encuestados cree que están preparados para aprender a nadar antes de los cuatro años, siendo que los  conocedores de la materia aseguran que debe ser posterior a esa edad.

“Los más pequeños no pueden aún coordinar la cantidad de movimientos que son necesarios para nadar correctamente. Sí pueden aprender a flotar, que es lo que se les debe enseñar para disminuir los riesgos que significa caer a una piscina, por ejemplo”, explica Achurra. Además, al consultarles por las condiciones en que deberían aprender a hacerlo, un 70% revela que lo mejor es en una piscina con un instructor capacitado, mientras que un 29% dice que la opción es con sus padres.

“Aquí nuevamente queda al descubierto la falta de conocimiento de los adultos respecto de las necesidades de seguridad en piscinas o ambientes con agua. Lo ideal es que los pequeños aprendan a nadar justo después de los 4 años, de la mano de un instructor especializado. Es una enseñanza que se hace cargo de diferentes capas y etapas, no es sólo que se mantengan a flote y logren avanzar. Mientras mejor aprenden, menos posibilidades hay de sufrir un accidente fatal”, aseguran desde Bestway.

“Otro punto fundamental para disminuir el riesgo de accidentes es el uso del flotador indicado, dependiendo de la edad y el peso del niño, porque de esa forma se adapta a la realidad de cada uno”, señala Achurra. En este ítem, un 43% cree que la mejor opción es el chaleco salvavidas con alitas, le sigue con poca diferencia, un 42%, el chaleco salvavidas sin alitas, luego casi un 9% con sólo alitas. Ahora bien, pese a estas medidas de resguardo, un 40% de los encuestados cree que basta con el uso de un flotador de esas características para brindar seguridad.

“De acuerdo a la etapa del niño corresponde el uso de un flotador en particular, por lo que las alitas son la primera opción para mantener a los más pequeños con menos experiencia en la superficie, mientras que el chaleco salvavidas le da mayor libertad en los brazos, para aquellos que tienen mayor conocimiento de los movimientos de nado y luego, los complementarios como los con forma de anillo u otros similares”, señala el experto.

“La calidad de los flotadores, alitas o chalecos salvavidas deben estar certificada y es clave no caer en comprar los productos más económicos”, explica Cristóbal Achurra. De esta manera, según el estudio, un 41% de los encuestados está de acuerdo con que la renovación de éstos se debe realizar fijándose en su estado y calidad, 35% a medida que el niño crezca y el 23% dice que se deben renovar cada año.

“Las recomendaciones son: fijarse en la calidad del material, que no sea muy delgado porque lo hace vulnerable a pinchazos, revisar la válvula que infla y desinfla para asegurar su correcto funcionamiento, verificar que esté en buen estado al terminar la temporada y antes de guardar. Además, se deberían cambiar a medida que los niños vayan creciendo, de esta manera se van adaptando a sus características físicas y capacidades”, dice el experto.

Lo imporante es considerar todos estos puntos a la hora de que los niños estén cerca del agua. “La clave es asesorarse con expertos en la materia y aclarar todas las dudas antes de tomar una decisión, tanto a la hora de adquirir una piscina como de invertir en medidas de seguridad extra”, concluye Achurra.

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