Invertir en bienes raíces es una de las mejores maneras para asegurar ingresos futuros, complementarios a la jubilación o incluso previos.
Si bien la conectividad y contar con una diversa oferta de servicios en el entorno son elementos claves, no son los únicos que hay que evaluar si se piensa adquirir un inmueble, ya sea para vivir o como inversión.
Ramón Rojas, gerente comercial de Inmobiliaria Norte Verde, entrega recomendaciones sobre las variables que son importantes de considerar en la decisión de compra.
1.- Densidad como factor de plusvalía
Un edificio de arquitectura diferenciada, estilo boutique y baja densidad siempre va a tener mayor demanda, lo que en épocas de bonanza se traduce en mayores precios de arriendo y, por ende, mayor rentabilidad. Y en épocas de crisis, en igualdad de precio, debieran arrendarse más rápido y tener menor vacancia.
Por otra parte, al tener menor cantidad de unidades, la administración se facilita, así como la comunicación y coordinación entre propietarios y residentes.
2.- Fijarse en las terminaciones
Un departamento con buenas terminaciones y materiales de mayor vida útil, se traduce en menores costos de mantención y de reparaciones y, con ello también, ahorro de tiempo al momento de tener que volver a arrendar, lo que juega a favor de la rentabilidad de la inversión.
La calidad de la construcción implica, también, menores probabilidades de que el inmueble tenga problemas de postventa en el futuro.
- Importancia de los espacios comunes
Los edificios con espacios comunes bien diseñados y funcionales que permiten la vida en comunidad, que sus residentes puedan usar y disfrutar sin tener que salir del edificio, es un plus como factor de calidad de vida y, por ende, son más demandados y tienen menor rotación de arrendatarios.
4.- Asesoría Financiera
La mayoría de las personas compra con financiamiento hipotecario, lo que hace muy relevante asesorarse adecuadamente para que la inversión sea algo sostenible en el tiempo y no signifique asumir riesgos innecesarios. Un ejemplo es lo que ocurre con los llamados “multicréditos” que pueden hacernos pasar malos ratos si nuestra capacidad financiera no es capaz de soportar periodos de vacancias.
Conocer nuestra capacidad financiera real sumado a la mejor selección de productos hipotecarios, según las ofertas del mercado, y el perfil del comprador, va a significar que las decisiones de inversiones que se tomen sean las mejores y más convenientes.