A pocos días de finalizar el primer mes del 2023, en La Serena se evidencia un notorio aumento de turistas extranjeros, la mayoría de ellos provenientes del otro lado de la Cordillera de los Andes, según lo que muestran los noticieros y las patentes de casi la mitad de los autos que circulan por la zona –principalmente por el valle del Elqui y el borde costero de la conurbación- así como el aumento del uso de las distintas canchas de fútbol, con niños que visten sus camisetas de la selección argentina; además, al pasear por las ciclovías del sector costero, es clara la cultura del deporte y de apropiación de estos espacios que la ciudad nos regala para la recreación, la actividad física e inclusive el ocio.
Lo anterior ha sido propiciado en gran parte por el paso fronterizo de Aguas Negras – único que permite la llegada directa por tierra desde el país trasandino a la región de Coquimbo – el cual registra un ingreso de más de 3 mil vehículos a la fecha, cifra notoriamente mayor a la de los 2 veranos anteriores, en que, por temas de pandemia, estuvo cerrado.
Desde su reapertura este 2023 ha tenido algunos inconvenientes, debido a aluviones que se han generado durante la temporada, pero no deja de ser uno de los paisajes cordilleranos más bellos, con riachuelos de aguas cristalinas y vegetación agreste de tonalidades verdes y marrones, posible de visitar y contemplar mientras el paso se encuentre abierto.
Se espera para febrero la llegada de turistas chilenos, que acostumbran a vacacionar en la zona durante este mes. Ya se producen ciertos atochamientos en horas punta, por el alto tráfico vehicular, lo que remarca la necesidad de mejorar las vías principales y otras secundarias alternativas, para atender a esta población flotante clave para la economía de la región, que retoma sus atributos de zona turística.
Por otro lado, durante el periodo pandémico, se registró un incremento de población extranjera, proveniente principalmente de Venezuela y Colombia, que hoy hace parte de esta nueva faceta cosmopolita de la región de Coquimbo y donde el turismo, ya no solo está siendo atendido por chilenos y la mezcla de acentos en las calles es cada vez más común.
Este concepto de cosmopolita, que hoy se extiende hasta acá y que alguna vez estuvo restringido a las grandes urbes como Nueva York, Londres o – sin ir más lejos – Buenos Aires, nos deja la tarea de planificar la ciudad con estrategias urbanas que nos permitan acoger este fenómeno migratorio en plenitud.
Por: Francesca Vives Figueroa, arquitecta, académica UCEN Región Coquimbo
