Cae la noche en la ciudad de La Serena y son numerosos los laicos que comienzan a llegar hasta el templo de la parroquia “Nuestra Señora de Lourdes”, ubicado en Av. Balmaceda con Huanhualí en la capital regional, con motivo de participar en la Misa de la Cena del Señor.
La celebración, en la que se rememora la Última Cena de Jesús con sus discípulos, fue presidida por el Arzobispo René Rebolledo Salinas, en compañía del párroco del lugar, P. Ariel Robledo Díaz, quien comentó lo masivas que han sido las celebraciones durante la Semana Santa 2023.
“Realmente desde el Domingo de Ramos ha sido una inyección de energía volver a ver tantas personas que participan en las distintas celebraciones, lo que no acontecía desde el inicio de la pandemia. Hemos visto que con mucha alegría niños, jóvenes y adultos de la comunidad deciden participar, por ejemplo, en los signos durante la Eucaristía”, manifestó el sacerdote.
En la oportunidad, además, se efectuó el signo del lavado de pies, momento en que el Pastor replicó el rito con representantes de diversas pastorales parroquiales, como es el caso de Jaime Rosales, laico comprometido que fue parte del momento, manifestando sentirse “muy feliz. Recibí la invitación por parte de mi esposa y me alegra participar en esta representación. Anhelábamos concurrir presencialmente a estas celebraciones”.
Este acto litúrgico tiene un significado especial para el mundo católico, ya que en él se conmemora la Institución de la Eucaristía, por este motivo Yaneth Páez, Ministra Extraordinaria de la Sagrada Comunión, reflexionó que este día lo viven “en un ambiente de mucha fe, respeto y amor, que se transmiten al interior de nuestra comunidad y con nuestras propias familias, dando como fruto la unidad. Estamos felices porque, a diferencia del año pasado, no tenemos mayores dificultades respecto al aforo o restricciones propias de la pandemia. Por eso trabajamos con el equipo de la parroquia, para llegar a todas las personas que necesiten vivir su espiritualidad en esta Semana Santa”.
Al finalizar, en procesión se trasladó el Santísimo Sacramento hasta una capilla de Adoración, dispuesta especialmente para quienes anhelaban acompañar al Señor en oración al inicio del Triduo Pascual.
